La administración de Donald Trump se prepara para revelar, el 14 de octubre en la Casa Blanca, un mecanismo de apoyo financiero inédito destinado a Javier Milei, con el objetivo de prevenir turbulencias en los mercados globales. Este respaldo, negociado en las últimas 72 horas por Luis Caputo, ministro de Economía, junto a Santiago Bausili del Banco Central, José Luis Daza como viceministro y Pablo Quirno de Finanzas, involucró intensas sesiones con el equipo de Scott Bessent en la Secretaría del Tesoro. Caputo, que mantuvo diálogos constantes con Milei, retornará al país mañana y luego se unirá a la delegación en Blair House, la mansión presidencial a pasos de la Casa Blanca, de cara al encuentro bilateral en el Salón Oval.
Las discusiones, de acuerdo a lo señalado por Infobae, que se extendieron durante todo el miércoles, contaron con la participación de expertos como Michael Kaplan, subsecretario del Tesoro, representantes del FMI bajo la dirección de Kristalina Georgieva y ejecutivos de bancos globales que accionarían como intermediarios para Argentina. Este esquema busca inyectar liquidez inmediata sin elevar la deuda soberana, y la Casa Rosada enfatiza que no requerirá aval parlamentario, dado que no implica mayores cargas financieras ni tasas de interés adicionales. Es factible que Milei y Caputo dialoguen con Georgieva para reconocer su rol en las tratativas, coincidiendo con la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial en Washington, donde la directora gerente mencionó en tres ocasiones el caso argentino y anticipa renegociaciones complejas post-anuncio, especialmente en bandas cambiarias y reformas pendientes. Si el oficialismo no logra neutralizar resistencias legislativas, será arduo avanzar en cambios fiscales o laborales.
Al margen del respaldo inmediato, el gobierno republicano impulsa el fortalecimiento de La Libertad Avanza mediante flujos de capital privado centrados en minería, energía, telecomunicaciones y avances tecnológicos. Esta estrategia no solo facilitaría el ingreso de firmas estadounidenses a activos estratégicos y acuerdos lucrativos, sino que también desplazaría la influencia china, vista como una cabeza de puente en la expansión regional de Pekín.
El itinerario del paquete financiero, ya delineado, opera en etapas secuenciales:
Estados Unidos activará un swap por 20.000 millones de dólares a favor de Argentina, canalizado a través del Fondo de Estabilización Cambiaria gestionado por la Secretaría del Tesoro.
La Secretaría transferirá Derechos Especiales de Giro (DEG) asignados por el FMI, equivalentes a esos 20.000 millones de dólares.
Esos DEG se depositarán en la Reserva Federal (FED) para obtener 20.000 millones de dólares en efectivo.
El monto se transferirá progresivamente al Banco Central según las demandas argentinas.
Mediante un instrumento como la Letra Intransferible, el Banco Central canalizará los fondos al Ministerio de Economía.
El Ministerio, asistido por bancos internacionales en rol de agentes, adquirirá bonos soberanos para mitigar el riesgo país.
Dicha adquisición podría concretarse vía una oferta pública de recompra (Tender Offer).
Tres entidades financieras aspiran a involucrarse, con Citi y JPMorgan en fases avanzadas de diálogo.
El FMI elaborará un reporte técnico para la Secretaría del Tesoro, que se someterá al Congreso estadounidense en cumplimiento normativo.